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El Antilla, un submarino nazi que se hundió durante la Segunda Guerra Mundial se ha convertido en uno de los principales atractivos para la práctica de submarinismo. Pues 70 años luego de su hundimiento, el Antilla se encuentra en gran parte cubierto de coral y así se ha establecido como el hábitat de esponjas tubo, lábridos de colores, peces ángel, langostas, crinoideos, algas y anémonas de mar.

Este emblema de la Segunda Guerra Mundial, se ha convertido en uno de los símbolos de Aruba y el sueño de muchas personas que practican el buceo.

Sin emabrgo, no se trata del único naufragio en las costas de la Isla feliz, puesto que muy cerca de éste, se encuentra el Pedernales, un tanquero que tras ser golpeado por un torpedo quedó reducido a sólo algunos pedazos. Pues en aquél entonces, un grupo de militares provenbientes de Estados Unidos rescataron las partes del tanquero que se encontraban en mejores condiciones con intención de construir una nave más pequeña; por lo que los restos se encuentran abandonados en el fondo del mar de la isla caribeña.

Por otro lado, resulta interesante saber que no sólo barcos pueden encontrarse por allí. de hecho, a aproximadamente 12 metros de profundidad, aun hay aviones que fueron intencionalmente hundidos con el objetivo de crear un arrecife artificial para complementar su particular escenario submarino.

Vía: Cromos
Imagen: Universo Marino

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